Querido Diario,
Qué fechas!! Siempre nos han dicho que celebrar Halloween era
una americanada y que en España se celebra el día de todos los santos. Nosotros
solo queríamos una excusa para salir de fiesta. Lo cierto es que, sea o no una
americanada, ahora estoy en América y estamos en Halloween. Aquí Halloween se
viene preparando como preparamos nosotros la Navidad, con 2 meses de
antelación. Es cuando empiezas a ver por los supermercados todo un
merchandising de productos “halloweeneros” desde postales hasta decoración para
la casa. El caso es que es muy distinto vivirlo aquí que en España y no deja de
ser una experiencia más. En España lo vivimos más como la noche de los muertos
vivientes, donde nos disfrazamos pero la premisa es que nos disfracemos de lo
que sea tiene que ser de lo que sea “zombie” o muerto o con sangre. Aquí es más
como un carnaval. Se ven enfermeras o diablesas zombies también pero la mayoría de
la gente simplemente se disfraza de algo. Me gusta que haya evolucionado de
esta manera aquí. Así ya no echaré mucho de menos los Carnavales de Cádiz… o si…
Otra cosa que me ha encantado es eso que siempre vemos en
las películas de las calabazas decoradas. Es tan auténtico verlo in situ… Por
circunstancias unos días antes de Halloween hice una ruta en coche por pueblos
de la América profunda, como dice un amigo, puebleando. Y es totalmente de
película. Pude ver algunos pueblos de las regiones de Búfalo, y también pasé
por alguno en el estado de Pennsylvania. Concretamente los pueblos que vi en
Búfalo estaban sacados literalmente de la película de Misery. Esas casas al borde de la carretera, casas
fantasmas que parecen deshabitadas, casas en mal estado, de madera blanquita y
con las barandillas semidestruídas, con los buzones al borde de la carretera.
Había otras que estaban en mejor estado, todas ellas adornadas con calabazas en
la puerta, con gatos negros, con colores negro y naranja. Lo cierto es que era
un espectáculo entrar a formar parte de ese decorado.
Y de pronto te
encuentras a pie de la carretera un puesto de calabazas gigantes sin dueño. Con
una huchita donde decía: pague aquí. Y tan tranquilamente ellos se fían de que
escojas tu calabaza, pagues y te vayas. Me imagino poner un puesto similar a
pie de carretera en Alcalá de Guadaíra por ejemplo.
Luego en los mercadillos que ponen por la ciudad todo se ve anaranjado.
Calabazas de todos los tamaños, hasta unas en miniatura que se usan para
decorar, calabazas con formas raras, otras que parece que tienen verrugas, en fin, una fiesta naranja. Y los bares,
los adornan con calabazas decoradas de una forma más profesional, las trabajan
como si estuvieran esculpiendo mármol y hacen cosas muy chulas.
Y aprovechando que estamos en Halloween y hay que dar miedo
con algo, pues va y se presenta Sandy. ¿No te has enterado Querido Diario? Pues
Sandy es un vientecillo que se convirtió en huracán, después en tormenta post
tropical y decían que al llegar a Nueva York se juntaría con otras dos
corrientes más provocando un fenómeno muy agresivo. Yo pensaba que no era para
tanto, por eso estuve tranquila. De hecho esa misma mañana salí y la verdad es
que Nueva York era totalmente una ciudad fantasma. Apenas había gente ni coches
por las calles. Eso si que fue algo realmente impresionante. Y lo cierto es que
ha sido devastador por algunas zonas pero en la zona donde yo vivo ni se ha
sentido, ni lo hemos notado, ni vientos fuertes, ni siquiera una triste lluvia.
Si, he tenido suerte. Pero era bastante surrealista estar sentada en casa en el
sofá viendo las noticias que retransmitían el paso de Sandy y ver los desastres
que estaban sucediendo, verlos en directo. Salí esa noche un momento por ver si
estaba pasando algo pero por mi zona había gente por la calle (poca en
comparación con otros días) y comercios abiertos.
En casa, cené viendo las ruedas de prensa y las
comparecencias del alcalde Bloomberg y de Obama. Me recordaba a las típicas
películas de desastres climáticos y de otras naturalezas que se ceban con la
ciudad de Nueva York, como Deep Impact, Armaggedon, The day after Tomorrow,
Independence Day, donde aparece el Presidente de los Estados Unidos de América
y dicen: Quédense a salvo donde puedan, esperamos lo peor, buena suerte y que
Dios les bendiga a todos. No dijeron
esas frases exactas pero más o menos. Resultaba muy surrealista. Y viendo que
no pasaba nada raro, ni se iba la luz ni ninguna otra cosa, me metí en la cama
y dormí tranquilamente, lo cual agradezco.
Y la cuidad sufrió durante esa noche en muchas zonas, y
también otros estados. Y al día siguiente la gente continuó su vida porque la
vida debe continuar. Y ya ves Querido Diario, aquí estamos continuando con la
rutina del planeta que sigue girando y girando y siguen habiendo alegrías y
desgracias, problemas, citas con amigos, música, gente que duerme en la calle,
gobiernos que tienen problemas económicos, y en definitiva todos somos gente corriente que vivimos en este lugar cada
uno nuestra vida y con nuestras circunstancias.
Por cierto antes de despedirme… Me pregunto cómo se habrán
protegido las ardillas de este fenómeno… Lo que está claro es que seguro que se
han salvado todas. Son tan listas…
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