jueves, 1 de noviembre de 2012

The day after tomorrow


Querido Diario,
Qué fechas!! Siempre nos han dicho que celebrar Halloween era una americanada y que en España se celebra el día de todos los santos. Nosotros solo queríamos una excusa para salir de fiesta. Lo cierto es que, sea o no una americanada, ahora estoy en América y estamos en Halloween. Aquí Halloween se viene preparando como preparamos nosotros la Navidad, con 2 meses de antelación. Es cuando empiezas a ver por los supermercados todo un merchandising de productos “halloweeneros” desde postales hasta decoración para la casa. El caso es que es muy distinto vivirlo aquí que en España y no deja de ser una experiencia más. En España lo vivimos más como la noche de los muertos vivientes, donde nos disfrazamos pero la premisa es que nos disfracemos de lo que sea tiene que ser de lo que sea “zombie” o muerto o con sangre. Aquí es más como un carnaval. Se ven enfermeras o  diablesas zombies también pero la mayoría de la gente simplemente se disfraza de algo. Me gusta que haya evolucionado de esta manera aquí. Así ya no echaré mucho de menos los Carnavales de Cádiz… o si…
Otra cosa que me ha encantado es eso que siempre vemos en las películas de las calabazas decoradas. Es tan auténtico verlo in situ… Por circunstancias unos días antes de Halloween hice una ruta en coche por pueblos de la América profunda, como dice un amigo, puebleando. Y es totalmente de película. Pude ver algunos pueblos de las regiones de Búfalo, y también pasé por alguno en el estado de Pennsylvania. Concretamente los pueblos que vi en Búfalo estaban sacados literalmente de la película de Misery.  Esas casas al borde de la carretera, casas fantasmas que parecen deshabitadas, casas en mal estado, de madera blanquita y con las barandillas semidestruídas, con los buzones al borde de la carretera. Había otras que estaban en mejor estado, todas ellas adornadas con calabazas en la puerta, con gatos negros, con colores negro y naranja. Lo cierto es que era un espectáculo entrar a formar parte de ese decorado.

 Y de pronto te encuentras a pie de la carretera un puesto de calabazas gigantes sin dueño. Con una huchita donde decía: pague aquí. Y tan tranquilamente ellos se fían de que escojas tu calabaza, pagues y te vayas. Me imagino poner un puesto similar a pie de carretera en Alcalá de Guadaíra por ejemplo.
Luego en los mercadillos que ponen por la ciudad todo se ve anaranjado. Calabazas de todos los tamaños, hasta unas en miniatura que se usan para decorar, calabazas con formas raras, otras que parece que tienen verrugas, en fin, una fiesta naranja. Y los bares, los adornan con calabazas decoradas de una forma más profesional, las trabajan como si estuvieran esculpiendo mármol y hacen cosas muy chulas.
Y aprovechando que estamos en Halloween y hay que dar miedo con algo, pues va y se presenta Sandy. ¿No te has enterado Querido Diario? Pues Sandy es un vientecillo que se convirtió en huracán, después en tormenta post tropical y decían que al llegar a Nueva York se juntaría con otras dos corrientes más provocando un fenómeno muy agresivo. Yo pensaba que no era para tanto, por eso estuve tranquila. De hecho esa misma mañana salí y la verdad es que Nueva York era totalmente una ciudad fantasma. Apenas había gente ni coches por las calles. Eso si que fue algo realmente impresionante. Y lo cierto es que ha sido devastador por algunas zonas pero en la zona donde yo vivo ni se ha sentido, ni lo hemos notado, ni vientos fuertes, ni siquiera una triste lluvia. Si, he tenido suerte. Pero era bastante surrealista estar sentada en casa en el sofá viendo las noticias que retransmitían el paso de Sandy y ver los desastres que estaban sucediendo, verlos en directo. Salí esa noche un momento por ver si estaba pasando algo pero por mi zona había gente por la calle (poca en comparación con otros días) y comercios abiertos.
En casa, cené viendo las ruedas de prensa y las comparecencias del alcalde Bloomberg y de Obama. Me recordaba a las típicas películas de desastres climáticos y de otras naturalezas que se ceban con la ciudad de Nueva York, como Deep Impact, Armaggedon, The day after Tomorrow, Independence Day, donde aparece el Presidente de los Estados Unidos de América y dicen: Quédense a salvo donde puedan, esperamos lo peor, buena suerte y que Dios les bendiga a todos.  No dijeron esas frases exactas pero más o menos. Resultaba muy surrealista. Y viendo que no pasaba nada raro, ni se iba la luz ni ninguna otra cosa, me metí en la cama y dormí tranquilamente, lo cual agradezco.
Y la cuidad sufrió durante esa noche en muchas zonas, y también otros estados. Y al día siguiente la gente continuó su vida porque la vida debe continuar. Y ya ves Querido Diario, aquí estamos continuando con la rutina del planeta que sigue girando y girando y siguen habiendo alegrías y desgracias, problemas, citas con amigos, música, gente que duerme en la calle, gobiernos que tienen problemas económicos, y en definitiva todos somos  gente corriente que vivimos en este lugar cada uno nuestra vida y con nuestras circunstancias.
Por cierto antes de despedirme… Me pregunto cómo se habrán protegido las ardillas de este fenómeno… Lo que está claro es que seguro que se han salvado todas. Son tan listas…