Querido Diario!!!! Ya estoy aquí!!!
Tras unas vacaciones en España volví a la Gran Manzana
totalmente renovada.
Quería enseñarte antes de nada una foto que tomé de una
ardilla comiendo boca abajo. Solo algunos seres superiores como las ardillas
son capaces de comer boca abajo sin que su cuerpo genere reacción adversa
alguna a dicho comportamiento. Quería compartir este hecho primero antes de
comenzar.
El verano es ya una realidad en Nueva York. A veces llegamos
a los 100 grados. Jamás había visto los termómetros así pero… tampoco había
vivido nunca antes en América donde los grados no son centígrados sino
Farenheit (-32 / 1.8), donde los pisos
se miden en pies cuadrados y no en metros cuadrados y donde hay que tener mucho
cuidado de no morir de un infarto cuando te subes a la báscula y marca por
ejemplo 139. Tranquilidad, no son 139 kilogramos de obesidad, simplemente las
simpáticas básculas de aquí se rigen por otro sistema, aquí si te pesas, te
pesas en libras. Una libra es algo menos de medio kilo. Y así sucesivamente.
Los jardineros de New York siguen renovando las flores que
adornan la ciudad cada poco tiempo. Al menos esa es la sensación que tengo
siempre. Así no te cansas de ver siempre
las mismas flores, aunque en mi caso no es problema.
No se puede no hacer nada, no se puede no tener plan en
Nueva York, más que nada porque es muy difícil que eso te pase. Últimamente estoy que no paro con lo que yo
llamo “sobredosis de planes” y es que si en Nueva York siempre hay algo que
hacer, ahora en verano mucho más… conciertos gratis en Central Park,
exposiciones, celebraciones de días extranjeros, fiestas callejeras, fiestas de
españoles, fiestas de porque sí en cualquier sitio que a la gente se les
ocurra, que si fútbol, que si musicales,
parques acuáticos, playas…..
Sí, aquí si hay playa, vaya vaya. Hay bastantes playas y
están muy cerca. Unas están mejor que otras pero son playas al fin y al cabo. A
veces hay trozos donde no te puedes bañar y los socorristas que están siempre
vigilando te avisan si por error te metes en una zona donde no está permitido
bañarse, suele ser la que está vacía de bañistas, donde más te apetece, la
parte más tranquila. Entonces te vas acercando disimuladamente a la orilla,
como quien no quiere la cosa, y poco a poco te vas metiendo un poco más y un
poco más y PIIIIIIIIIIIIII “Señora no está permitido bañarse aquí, pero puede
permanecer en la orilla”
Ayyy por cierto!!! Tengo que contarte una cosa increíble que
me pasó el otro día. Estaba dando un paseo nocturno por Central Park, ese día
el calor era asfixiante. Al adentrarme en los jardines empecé a ver lucecitas
que se encendían y se apagaban, como cuando te mareas y esas lucecitas aparecen
en tu visión tanto si tienes los ojos abiertos como cerrados. Pensé: Uff el
calor me está afectando. Pero no! Sabes qué eran?? Luciérnagas!! Yo estaba
alucinando porque era la primera vez en mi vida que las veía. Y impresionante
ver todas esas lucecitas casi verdosas iluminando el césped y la noche. A
partir de ese día las veo cada vez que bajo al parque. A veces estoy sentada
leyendo un libro y se me va haciendo tarde. Ellas van apareciendo al atardecer,
cuando todavía hay luz. Es muy divertido ver a los pájaros intentando cazarlas.
Se vuelven locos! Pero es que ellas tampoco disimulan demasiado.
Otra cosa muy recomendable estos días de calor infernal es
la fuente del Lincoln Center, es muy refrescante sentarte allí o tumbarte directamente y dejar que el ruido
de los chorros te relajen y el agua en el ambiente te refresque. Además de fondo
se escucha música de jazz así que perfecto.
Por las noches cuando te vas a la cama y miras el cielo por
la ventana, está totalmente iluminado, el cielo siempre está iluminado, sea la
hora que sea. Es cierto que por donde vivo no hay tanta contaminación lumínica
como en pleno Times Square pero da igual, el cielo está iluminado y te crees
que está a punto de romper el amanecer pero solo son las miles de luces de esta
ciudad que sigue viva a cualquier hora y es su manera de decirlo. Ya lo decía Frank Sinatra: The city
that never sleeps
Prometo no dejar que pase mucho tiempo hasta volver a hablar
contigo, pero Querido Diario, has de entender que es verano y los planes, están
siempre ahí fuera esperándome.