lunes, 25 de febrero de 2013

FRIO FRIO

Querido Diario;

Bien sabes que nunca me ha gustado el frío. No sólo no me gusta sino que lo odio, lo rechazo, me horroriza. ¿Qué le vamos a hacer? Yo soy así, y a mí lo que me gusta es el calorcito de la primavera y el verano, las playas, las camisetas de tirantes… Pero tengo que dejar de soñar con el tiempo estival porque ahora en Nueva York hace frío, mucho frío.
Para mí, la sensación de tener frío es algo que puedo expresar de muchas maneras pero básicamente si me tengo que decantar por una, podría decir que el frío “me duele”. Me duele literalmente. Cuando se me congelan las orejas siento dolor, cuando el viento viene fuerte y me corta la cara me duele, cuando me salen sabañones en las manos y grietas en los labios me duele. A veces siento dolor de estómago cuando llevo un rato pasando frío porque me cala muy profundamente. Es un frío el de Nueva York muy duro a veces, es ese frío que te cala literalmente los huesos y puedes sentir cómo el dolor te invade.
Supongo que también tiene que ver mucho conmigo y con mi umbral de sensibilidad para las temperaturas. Seguro que hay gente que ni lo nota, o gente que ya está acostumbrada a vivir en sitios donde las bajas temperaturas son lo más normal del mundo, a lo mejor hay gente que piensa que exagero pero yo lo vivo exactamente así como te lo estoy contando querido mío.
El primer día de frío extremo lo recuerdo muy bien. Ya venía haciendo frío pero de un día para otro la temperatura cayó en picado, vamos como suceden las cosas aquí, de la noche a la mañana. Yo tenía que ir al Flatiron a hacer un recado importante que no se podía dejar para el día siguiente y como prefiero evitar el metro decidí ir andando porque pensé que tampoco iba a ser tan grave el frío como se había comentado. Así que salí de casa dispuesta a andarme las 30 calles que me separaban de mi destino. Conforme iba andando más me arrepentía de no haber cogido el metro pero decidí retarme a mí misma y seguir andando. Cuando llevaba aproximadamente 15 minutos andando suena el teléfono, tenía que cogerlo, lo cogí, iba sin guantes, fallo gordo, conversación importante, no podía colgar rápido, apenas podía hablar… Sentía mi boca como si hubiera salido del dentista 2 minutos antes, tenía totalmente dormida la boca y los labios y me costaba articular palabra. Al poco tiempo dejé de sentirme la mano que sujetaba el teléfono y fue entonces cuando me ví obligada a colgar por miedo a que el teléfono se me cayera y se rompiera. Cuando logré colgar, no era capaz ni de dejar el móvil en el bolsillo de mi abrigo. Lo más grave, lo que más me alertó fue un dolor en mis manos. Éste era muy parecido a la sensación de cuando se te queda dormido un pie, era un hormigueo doloroso y mucho más fuerte que el común. Al mirarme las manos ví que estaban más moradas que otra cosa y sentía como si mi sangre estuviera hecha de cristalitos pequeños que te punzan y no puedes pararlo. Metí las manos en los bolsillos y esperé pacientemente 10 minutos hasta que mis manos volvieron a su estado natural.
Esa es mi experiencia con el frío. Así que estos días están siendo tremendamente duros para mí.
Cuando salgo por las mañanas y me encamino a mi destino me voy cruzando con personas que exhalan una nube de acompasado humo blanco. Según lo rápido o despacio que vayan respirando así de rápido o despacio van saliendo de sus cuerpos calientes. Un baile armónico y rítmico que se produce justo encima de sus cabezas y que llenan las calles de historias en el aire, el que llega tarde, la que se ha quemado la lengua con el café hirviendo, la que pasea a su perro, el niño que va a la escuela, el perro que es paseado, la chica que está nerviosa porque tiene un examen… cada ritmo una historia, cada exhalación un porqué.
Y yo solo veo Frío, Frío y Frío.
El Frío tiene nombre y apellidos y es despiadado. Pero hay que aprender a vivir con él y cuando ya te hayas medio acostumbrado se va a visitar a otras personas y te deja en paz unos meses con su primo el calor, mucho más simpático.
Y yo todavía voy a seguir viendo Frío, Frío y más frío unas semanas más.
Hasta la próxima Querido Diario. Keep warm!

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Otoño en Nueva York



Querido Diario ¿Qué tal va todo? Yo muy ocupada. Ya apenas tengo tiempo de contarte cosas y es que cuando decides ir a clases de inglés, la vida te cambia… sabes? Para empezar necesitas toda la mañana para tus clases y luego hay que hacer deberes. Estudiar lo aprendido en clase es importante también. Y a eso puedes sumarle todas las anteriores tareas diarias que tenía antes. Sí, amigo, esa nueva estudiante de inglés soy yo. Considero que desde que voy a clases la vida me está cambiando considerablemente porque ahora las cosas son quizás un poco más fáciles y me resulta más rápido integrarme en cualquier sitio. Otra cosa importante es conocer a compañeros que aprenden inglés y que no hablan tu idioma porque de la única forma que puedes comunicarte con ellos es en inglés.
Pues como te iba comentando, es Otoño en Nueva York. Me lo dice Central Park cuando me voy a pasear por allí. Es cierto como ocurre en las películas. El suelo se cubre con una alfombra marrón, amarillenta, verdosa, mostaza, rojiza… Un montón de colores todos en la misma gama cromática que solo significan Otoño.  Cuando paseas y una lluvia de hojas secas te va bañando es una sensación especial. Luego pisas la hojarasca y te gusta el crujir. A veces si tienes suerte puedes ver un mapache. Ahora parece que hay más.
De todas formas el tiempo está un poco loco. A principios de mes cayó una nevada importante. En solo un día las calles se cubrieron de un manto blanco, nieve cuajada con varios centímetros, todos los coches totalmente vestidos de blanco y hasta muñecos de nieve por las calles. Un espectáculo Querido Diario, pero ¿Qué no es un espectáculo en esta ciudad? Cualquier cosa puede llegar a convertirse en algo especial. Después de la nevada las temperaturas subieron, bajaron, subieron, bajaron y subieron… Y volverán a bajar más allá de los bajo cero y nevará más aún, o no, ¿quién sabe? El tiempo está muy loco.
Por cierto, la Navidad no había llegado oficialmente a principios de mes, la ciudad no estaba decorada y ya entrabas en cualquier tienda y tenías de hilo musical a Mariah Carey cantando el “All I want for Christmas is you……” A mí que no me entusiasma mucho la Navidad, tengo que decirlo, aquí voy a tener que jugar a que sí. Total no puede ser tan malo, lo mismo hasta me acaba gustando…
Querido Diario, ¿Sabes algo que me pone de buen humor por las mañanas? Mi doorman. Ese hombre cuyo trabajo es abrirte la puerta cada vez que sales o entras al edificio. Ese hombre latino cuyo trabajo es ser amable y preguntarte siempre cómo te encuentras. Ese hombre tiene un nombre que no te lo voy a decir, pero lo que sí te voy a decir es que cada vez que lo veo pienso que su trabajo consiste en ser feliz, o “parecer” feliz absolutamente siempre. Nadie sabe cómo es la vida privada de ese señor. Yo siempre me pregunto: ¿Tendrá hijos? ¿Será un hombre feliz en su vida privada? ¿Tendrá algún problema? ¿Vivirá su madre? ¿Tendrá familiares lejos? ¿los echará de menos? No sé nada de él ni lo sabré, tan sólo sé que siempre está sonriendo, porque su trabajo es sonreírle a los demás y ya de paso a la vida. Y sea lo que sea, en cierto modo también me ayuda a sonreir a mí. Si un día me levanto de capa caída solo tengo que salir del edificio y cruzarme con él para pensar que si él puede sonreír cada día, Yo también puedo hacerlo en este precioso Otoño en Nueva York.
Buenas noches….

jueves, 1 de noviembre de 2012

The day after tomorrow


Querido Diario,
Qué fechas!! Siempre nos han dicho que celebrar Halloween era una americanada y que en España se celebra el día de todos los santos. Nosotros solo queríamos una excusa para salir de fiesta. Lo cierto es que, sea o no una americanada, ahora estoy en América y estamos en Halloween. Aquí Halloween se viene preparando como preparamos nosotros la Navidad, con 2 meses de antelación. Es cuando empiezas a ver por los supermercados todo un merchandising de productos “halloweeneros” desde postales hasta decoración para la casa. El caso es que es muy distinto vivirlo aquí que en España y no deja de ser una experiencia más. En España lo vivimos más como la noche de los muertos vivientes, donde nos disfrazamos pero la premisa es que nos disfracemos de lo que sea tiene que ser de lo que sea “zombie” o muerto o con sangre. Aquí es más como un carnaval. Se ven enfermeras o  diablesas zombies también pero la mayoría de la gente simplemente se disfraza de algo. Me gusta que haya evolucionado de esta manera aquí. Así ya no echaré mucho de menos los Carnavales de Cádiz… o si…
Otra cosa que me ha encantado es eso que siempre vemos en las películas de las calabazas decoradas. Es tan auténtico verlo in situ… Por circunstancias unos días antes de Halloween hice una ruta en coche por pueblos de la América profunda, como dice un amigo, puebleando. Y es totalmente de película. Pude ver algunos pueblos de las regiones de Búfalo, y también pasé por alguno en el estado de Pennsylvania. Concretamente los pueblos que vi en Búfalo estaban sacados literalmente de la película de Misery.  Esas casas al borde de la carretera, casas fantasmas que parecen deshabitadas, casas en mal estado, de madera blanquita y con las barandillas semidestruídas, con los buzones al borde de la carretera. Había otras que estaban en mejor estado, todas ellas adornadas con calabazas en la puerta, con gatos negros, con colores negro y naranja. Lo cierto es que era un espectáculo entrar a formar parte de ese decorado.

 Y de pronto te encuentras a pie de la carretera un puesto de calabazas gigantes sin dueño. Con una huchita donde decía: pague aquí. Y tan tranquilamente ellos se fían de que escojas tu calabaza, pagues y te vayas. Me imagino poner un puesto similar a pie de carretera en Alcalá de Guadaíra por ejemplo.
Luego en los mercadillos que ponen por la ciudad todo se ve anaranjado. Calabazas de todos los tamaños, hasta unas en miniatura que se usan para decorar, calabazas con formas raras, otras que parece que tienen verrugas, en fin, una fiesta naranja. Y los bares, los adornan con calabazas decoradas de una forma más profesional, las trabajan como si estuvieran esculpiendo mármol y hacen cosas muy chulas.
Y aprovechando que estamos en Halloween y hay que dar miedo con algo, pues va y se presenta Sandy. ¿No te has enterado Querido Diario? Pues Sandy es un vientecillo que se convirtió en huracán, después en tormenta post tropical y decían que al llegar a Nueva York se juntaría con otras dos corrientes más provocando un fenómeno muy agresivo. Yo pensaba que no era para tanto, por eso estuve tranquila. De hecho esa misma mañana salí y la verdad es que Nueva York era totalmente una ciudad fantasma. Apenas había gente ni coches por las calles. Eso si que fue algo realmente impresionante. Y lo cierto es que ha sido devastador por algunas zonas pero en la zona donde yo vivo ni se ha sentido, ni lo hemos notado, ni vientos fuertes, ni siquiera una triste lluvia. Si, he tenido suerte. Pero era bastante surrealista estar sentada en casa en el sofá viendo las noticias que retransmitían el paso de Sandy y ver los desastres que estaban sucediendo, verlos en directo. Salí esa noche un momento por ver si estaba pasando algo pero por mi zona había gente por la calle (poca en comparación con otros días) y comercios abiertos.
En casa, cené viendo las ruedas de prensa y las comparecencias del alcalde Bloomberg y de Obama. Me recordaba a las típicas películas de desastres climáticos y de otras naturalezas que se ceban con la ciudad de Nueva York, como Deep Impact, Armaggedon, The day after Tomorrow, Independence Day, donde aparece el Presidente de los Estados Unidos de América y dicen: Quédense a salvo donde puedan, esperamos lo peor, buena suerte y que Dios les bendiga a todos.  No dijeron esas frases exactas pero más o menos. Resultaba muy surrealista. Y viendo que no pasaba nada raro, ni se iba la luz ni ninguna otra cosa, me metí en la cama y dormí tranquilamente, lo cual agradezco.
Y la cuidad sufrió durante esa noche en muchas zonas, y también otros estados. Y al día siguiente la gente continuó su vida porque la vida debe continuar. Y ya ves Querido Diario, aquí estamos continuando con la rutina del planeta que sigue girando y girando y siguen habiendo alegrías y desgracias, problemas, citas con amigos, música, gente que duerme en la calle, gobiernos que tienen problemas económicos, y en definitiva todos somos  gente corriente que vivimos en este lugar cada uno nuestra vida y con nuestras circunstancias.
Por cierto antes de despedirme… Me pregunto cómo se habrán protegido las ardillas de este fenómeno… Lo que está claro es que seguro que se han salvado todas. Son tan listas…

lunes, 3 de septiembre de 2012

Balas sobre Broadway


Querido diario;
Es verdad que siempre te cuento cosas agradables y divertidas de mi día a día en Nueva York. Pero debes saber que los buenos amigos están para lo bueno y para lo malo así que hoy te toca escucharme.
Y es que como gran urbe que es, Nueva York tiene también su lado menos agradable. Aquí vive mucha gente y es imposible que todo el mundo sea encantador. De todas  formas creo que voy a dejar los modales para otro momento y te voy a hablar sinceramente. Hay cosas que no lograré entender nunca jamás. Y la mentalidad americana tiene cosas que no solo no comparto sino que repudio totalmente. Una de esas cosas es el uso de las armas. Es cierto que no todo el mundo está a favor pero si mucha gente y aunque en Nueva York este tema está más regulado no deja de ser peligroso.
Sinceramente querido diario, nunca pensé decir esto pero tengo miedo de la policía. Sí, como lo oyes. Aquí la policía en vez de transmitirme seguridad me da pavor.
Hace unas semanas, a 5 minutos de mi casa, un joven se dedicó a pasear por Times Square cuchillo en mano. Dicen que siempre estaba fumando marihuana y que vivía en la calle, de la caridad de la gente. La verdad es que el hecho es desconcertante, yo me hubiera ido corriendo si veo algo así. Pero ahora viene lo fuerte. La policía fue tras él y le insistió en que soltara el cuchillo. El joven parecía estar vacilándoles y se negaba a soltarlo mientras continuaba andando por Times Square y Broadway. A la vista de que no quería soltarlo y les estaba vacilando; y dado el grave peligro que entrañaba la situación, los 8 agentes que le seguían de cerca decidieron dispararle para evitar males mayores. Consecuencia: 15 tiros y el hombre por supuesto muerto. Fuera peligro, fuera “yonki”, un parásito social menos. Imagino que eso deben pensar los fornidos agentes de la policía de la Ciudad de Nueva York cuando hacen esas heróicas acciones. Estoy de acuerdo con que es peligroso que un hombre drogado vaya con un cuchillo por la calle pero no estoy de acuerdo con que lo maten disparando 15 veces. ¿En serio 8 agentes no pueden reducir a un joven? La verdad querido diario es que es cierto, penoso pero cierto. No pueden reducir a un delincuente entre 8 porque están obesos. No tienen una buena forma física y a menudo te los encuentras dentro de su coche de policía comiendo una grasienta hamburguesa mientras sudan como pollos y es realmente asqueroso.  Al no tener una buena forma física es normal que no tengan más arma para reducir a un delincuente que la pistola, ya que las balas corren más que ellos y es un éxito seguro. Estoy convencida que cuando matan a un homeless les dan hasta una medalla. Lo único que pasa es que yo veo que lo que tienen es sed de sangre, son sanguinarios e incluso me atrevería a decir que con un componente psicopático porque no me parece ni medio normal. La inteligencia y buscar soluciones alternativas tampoco parecen ser su fuerte, porque yo pienso que ya que no tienen más remedio que disparar por que sus cuerpos no dan para más, ¿Por qué no le disparan en una pierna? Así cae al suelo, es más fácil reducirle y no acaban con su vida. Pero no, eso no es lo que haría un buen agente de la ley…
A este hecho se suman en este mismo mes otros dos. Otro suceso fue también en Nueva York en el Empire State cuando un hombre fue con su arma y asesinó a las 9 de la mañana a su ex compañero de trabajo. El eficiente cuerpo de policía en su intento por acabar con el asesino abrió fuego y entre que le daban y no, hirieron a 9 personas más, que por supuesto no tenían nada que ver ni culpa de estar por allí. Unos daños colaterales que imagino que serán normales para ellos ya que ha sido por una buena causa, la muerte de un asesino.
El otro hecho ha sido algo más espeluznante y no ha sido en Nueva York sino en Michigan, donde la policía se toma, si cabe, más en serio su trabajo de asesinos a sueldo.   El ajusticiado era un enfermo mental que vivía en la calle, se llamaba Milton. Su crimen fue amenazar a la policía. Los 6 agentes que participaron en el suceso (solamente 6) afirmaron que Milton tenía una actitud desafiante, y lo más fuerte de todo es que PENSABAN que tenía un cuchillo. Es decir, PENSABAN, CREÍAN, ni siquiera lo habían comprobado. Pero …. Eso que más da? Milton vivía en la calle y no tenía derecho a vivir ya que era una lacra social. ¿Qué hicieron estos 6 seres? Y los califico como seres porque sé que respiran, nada más. Pues nada, solo le dispararon hasta 46 veces para asegurarse, claro está, de que no salía vivo de su hazaña. Nadie se mete con la policía de los Estados Unidos de América. Y bien…. Esto es normal, y debo entenderlo así, ¿no?
Pues me niego a entender que se hagan este tipo de barbaridades, me niego a justificar la actuación de la policía y me niego a pensar que lo hacen por nuestra seguridad y no para satisfacer su psicopatía y violencia incontrolada.
Y esto es solamente de lo que nos enteramos, hay montones de crímenes más que no salen a la luz.
Pues sí querido diario, así se las gastan aquí. La policía solo sirve para matar y para posar en las fotos, porque eso sí, si tienes un problema con un taxista y llamas a un agente lo que te dicen es: Oh lo siento, no podemos hacer nada, tiene usted razón pero nosotros no podemos intervenir. Sin embargo si paseas por Times Square y les pides una foto con ellos y con el coche de poli es “súper guay” porque se ponen en la foto y posan. Se ven a sí mismos como una atracción turística y hasta se gustan.
Sinceramente, de vergüenza.
Acostúmbrate querido diario, porque no solo te voy a contar cosas agradables y simpáticas, esta es la vida real y como tal tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.
Menos mal que siempre me quedarán el parque y las ardillas. Son algunas de las cosas buenas de esta ciudad. Ellas siempre con ganas de juguetear.  La otra tarde fui paseando a un parque y me senté en un banco. Llevaba una bolsa de almendras y se me acercó una ardilla al escuchar el ruido de la bolsa. Le di una almendra. Debió gustarle mucho porque volvió a por más, y volvió acompañada por sus amigas, las cuales se me subieron por la espalda y me pedían con su manita. Una de ellas, la más lista de su clase, se dio cuenta que las almendras salían de la bolsa por lo que me la quiso quitar. Tienen fuerza!!  Ya ves, yo, forcejeando con una ardilla por una bolsa de almendras. Al menos es una experiencia más agradable.

Bueno querido diario, volveré a contarte mis penas y mis alegrías, espero que solo sean alegrías la próxima vez.

domingo, 12 de agosto de 2012

La Naturaleza se abre paso


Querido Diario, te tengo totalmente abandonado pero Nueva York en verano me vuelve muy perezosa.  De todas formas, sé que no es excusa.
El clima aquí en verano es muy extraño para mí. Hace un calor asfixiante y no tanto por los grados, que normalmente van de 28 a 34 y yo estoy acostumbrada a más en verano. El problema es la humedad que acompaña a esta temperatura. Cuando sales de casa y andas 10 minutos ya notas la espalda mojada. Nunca he sudado tan rápido como aquí y todo es por la humedad. Esto hace que el calor sea más insoportable de lo que estoy acostumbrada. Aparte es desagradable por lo que a veces prefiero la soledad de mi casa con una película o un libro y el aire acondicionado, y esto, es la gloria máxima!!
Otra cosa que me ha llamado la atención de aquí en cuanto al clima son las tormentas de verano. Recuerdo algún verano en mi playa andaluza cuando un día de pronto llovía y era como una cosa extremadamente especial que pasaba una vez cada 2 o 3 años. Aquí hay tormenta algún día o varios cada semana. Aunque a lo mejor se pasa una semana sin lluvia, pero vamos no es común. Y aunque llueva, hace calor igualmente…
La lluvia es otro tema aparte.  No sé si al resto de la humanidad neoyorkina le pasa como a mí pero cuando tienes que salir y llueve, da igual que lleves paraguas, a efectos prácticos es lo mismo ir o no, cubierta con tu umbrela. Yo siempre acabo chorreando y es que, analizándolo bien, que he tenido muchas ocasiones,  he llegado a la conclusión de que pasa como en la película de Forest Gump, que el agua cae de todos sitios, especialmente de los lados. Lo único que no me mojo son los pies porque me he comprado unas botas de agua.  Y otra cosa digna de mención es que los coches pasan corriendo, pisando los charcos y mojando a la gente que está en las aceras esperando a que el semáforo de luz verde para pasar. Debe ser algo característico…
Cambiando de tercio, ¿has visto alguna vez las calles de Nueva York desérticas? ¿no? Pues mira que foto. Así se ven las calles a las 5.45 de la mañana. Es una pasada.
Nueva York está ahora lleno de turistas. Hay montones de españoles  por las calles. Me siento como en casa. Es divertido escucharles cómo alucinan con los letreros de las calles, con los semáforos, con los carritos de comida ambulante, con todo… igual que yo en su día cuando llegué. Los escuchas diciendo:  “Mira que chulo!! Donde pone 34 st, hazme una foto ahí!!” 
A mí lo que me gusta es irme a las calles temáticas como yo las llamo. Aquí hay calles y calles donde solo hay comercios de un tema concreto. Por ejemplo hay una calle que se extiende bastante donde solo hay tiendas de esas que venden bolitas y abalorios para hacer tus propios collares, pendientes, pulseras o lo que se te ocurra. Son tiendas enormes que tienen de todo. No ocupan la calle entera porque aquí las calles son muy muy largas, pero si varios tramos. Luego hay otra calle dedicada a los comercios de plantas y flores, donde venden semillas, plantas, mantillo y accesorios. Y lo mismo te venden una planta que te la alquilan por meses (cosa curiosa para mí). Hay otra calle solo de tiendas de origen hindú de vestidos de fiesta donde abundan drapeados y pedrerías.  Otra calle donde solo hay tiendas de pelucas, postizos, moños  y extensiones y muy baratas. En fin… y así todo. Y estas son mis calles favoritas de Nueva York, sobre todo porque son muy entretenidas.
Vivir aquí es tener la impresión de que la gente no descansa nunca. Siempre está todo abierto, muchos supermercados abren hasta las 12 y hay gente que sale de trabajar en un sitio y se mete en otro, una locura. Hay un supermercado que por cierto está muy bien y abre a las 6 de la mañana y cierra a la 1 de la madrugada.  No es que todos los sitios estén siempre abiertos pero sí es verdad que cierran más tarde que en España y si vas buscando algo lo encuentras porque si un restaurante por ejemplo ya ha cerrado hay otros tantos que los encuentras abiertos.
Anoche estaba cenando en un thai. La camarera se acercó y nos comentó que la cocina cerraba en 5 minutos por si queríamos pedir algo más. Le dijimos que no y se fue. Al cabo del cuarto de hora un grupo de 10 personas entraban en el restaurante y pensé: “ya verás que rápido abren la cocina”. Así fue. Luego entró un grupo de 6 personas y otro de 5 personas más. Aquí se dice: Business is business. Y es así, el negocio es el negocio y el dinero, dinero es…
Y Para finalizar, Querido Diario, te contaré que el otro día me fui a dar un paseo por el Upper West Side, por la acera de Central Park hacia arriba. A la derecha ves el parque y a la izquierda la calle por donde pasan los coches y la hilera de edificios. Siempre me fijo en las flores pero menos en los árboles. Las raíces de los árboles habían crecido tanto que sobresalían por el adoquinado y me asombró ver como las raíces habían ido integrando los adoquines a su estructura como piezas de puzle que ensamblan perfectamente. Se habían acomodado a la perfección; envolviendo con sus raíces a los trozos de piedra, y convivían como si toda la vida hubieran formado parte el uno de la otra.
Siempre, siempre, la Naturaleza se abre paso…







jueves, 12 de julio de 2012

Las luciérnagas salen en verano


Querido Diario!!!! Ya estoy aquí!!!
Tras unas vacaciones en España volví a la Gran Manzana totalmente renovada.
Quería enseñarte antes de nada una foto que tomé de una ardilla comiendo boca abajo. Solo algunos seres superiores como las ardillas son capaces de comer boca abajo sin que su cuerpo genere reacción adversa alguna a dicho comportamiento. Quería compartir este hecho primero antes de comenzar.
El verano es ya una realidad en Nueva York. A veces llegamos a los 100 grados. Jamás había visto los termómetros así pero… tampoco había vivido nunca antes en América donde los grados no son centígrados sino Farenheit (-32  / 1.8), donde los pisos se miden en pies cuadrados y no en metros cuadrados y donde hay que tener mucho cuidado de no morir de un infarto cuando te subes a la báscula y marca por ejemplo 139. Tranquilidad, no son 139 kilogramos de obesidad, simplemente las simpáticas básculas de aquí se rigen por otro sistema, aquí si te pesas, te pesas en libras. Una libra es algo menos de medio kilo. Y así sucesivamente.
Los jardineros de New York siguen renovando las flores que adornan la ciudad cada poco tiempo. Al menos esa es la sensación que tengo siempre.  Así no te cansas de ver siempre las mismas flores, aunque en mi caso no es problema.
No se puede no hacer nada, no se puede no tener plan en Nueva York, más que nada porque es muy difícil que eso te pase.  Últimamente estoy que no paro con lo que yo llamo “sobredosis de planes” y es que si en Nueva York siempre hay algo que hacer, ahora en verano mucho más… conciertos gratis en Central Park, exposiciones, celebraciones de días extranjeros, fiestas callejeras, fiestas de españoles, fiestas de porque sí en cualquier sitio que a la gente se les ocurra, que si fútbol, que si musicales,  parques acuáticos, playas…..
Sí, aquí si hay playa, vaya vaya. Hay bastantes playas y están muy cerca. Unas están mejor que otras pero son playas al fin y al cabo. A veces hay trozos donde no te puedes bañar y los socorristas que están siempre vigilando te avisan si por error te metes en una zona donde no está permitido bañarse, suele ser la que está vacía de bañistas, donde más te apetece, la parte más tranquila. Entonces te vas acercando disimuladamente a la orilla, como quien no quiere la cosa, y poco a poco te vas metiendo un poco más y un poco más y PIIIIIIIIIIIIII “Señora no está permitido bañarse aquí, pero puede permanecer en la orilla”  
Ayyy por cierto!!! Tengo que contarte una cosa increíble que me pasó el otro día. Estaba dando un paseo nocturno por Central Park, ese día el calor era asfixiante. Al adentrarme en los jardines empecé a ver lucecitas que se encendían y se apagaban, como cuando te mareas y esas lucecitas aparecen en tu visión tanto si tienes los ojos abiertos como cerrados. Pensé: Uff el calor me está afectando. Pero no! Sabes qué eran?? Luciérnagas!! Yo estaba alucinando porque era la primera vez en mi vida que las veía. Y impresionante ver todas esas lucecitas casi verdosas iluminando el césped y la noche. A partir de ese día las veo cada vez que bajo al parque. A veces estoy sentada leyendo un libro y se me va haciendo tarde. Ellas van apareciendo al atardecer, cuando todavía hay luz. Es muy divertido ver a los pájaros intentando cazarlas. Se vuelven locos! Pero es que ellas tampoco disimulan demasiado.

Otra cosa muy recomendable estos días de calor infernal es la fuente del Lincoln Center, es muy refrescante sentarte allí  o tumbarte directamente y dejar que el ruido de los chorros te relajen y el agua en el ambiente te refresque. Además de fondo se escucha música de jazz así que perfecto. 

Por las noches cuando te vas a la cama y miras el cielo por la ventana, está totalmente iluminado, el cielo siempre está iluminado, sea la hora que sea. Es cierto que por donde vivo no hay tanta contaminación lumínica como en pleno Times Square pero da igual, el cielo está iluminado y te crees que está a punto de romper el amanecer pero solo son las miles de luces de esta ciudad que sigue viva a cualquier hora y es su manera de decirlo. Ya lo decía Frank Sinatra: The city that never sleeps
Prometo no dejar que pase mucho tiempo hasta volver a hablar contigo, pero Querido Diario, has de entender que es verano y los planes, están siempre ahí fuera esperándome.

martes, 15 de mayo de 2012

Siempre que haya flores...


Querido  Diario:
Hoy llueve, hoy es un día perfecto para sentarse ante la ventana y escribir un poco sobre estos días atrás.
Hoy no me apetece salir, más bien quedarme en casa leyendo, hay dos libros que estoy acabando y no sé cual me gusta más… Aquí se está bien, con la música de fondo y pensando sobre este mes que llevo aquí.
La verdad es que en un mes han pasado muchas cosas, he visto muchos sitios y me he sorprendido muchas veces.
Pero hoy llueve, cuando podía hacer sol y podría ir a algún parque como a mí me gusta, y leer allí alguno de esos dos libros que estoy leyendo. Esto me recuerda que la semana pasada estuve toda la tarde en Battery Park. Qué sitio más bonito querido diario! Qué sitio! Es que me encantó a pesar de que el día estaba gris y medio nubladillo pero me gustaron sus flores, a veces me encantaría captar con el objetivo de mi cámara lo que mis ojos captan con su retina exactamente igual. Por muchas fotos que te enseñe nunca va a ser igual que la forma en que yo lo percibí. Había ardillas, mucho verde, y una vista maravillosa de la estatua de la libertad, La Dama… La verdad es que cuando me senté en el banco a contemplar esa vista me quedé un rato embobada.  No podía creerme que tuviera frente a mí el símbolo de América, la imagen que he visto tantas veces en tantos sitios. Fue increíble, me sentí bien.
Luego decidí que tras eso, ya estaba todo visto ese día. No quería ver nada más. Debía irme a casa. Y me fui andando desde el punto más al sur de Manhattan hasta la calle 50. Pensé que sería más, no es que el paseo me pareciera corto pero tampoco se me hizo tan largo como creía. Quizá por que viendo tantas cosas a mi paso el tiempo vuela…
Esos paseos me dan tiempo para pensar y reflexionar sobre tantos cambios en tan poco tiempo.
El fin de semana pasado  mi cuerpo me pedía un poco de “junk food” así que…¿porqué no darle ese caprichito al cuerpo? Me comí una hamburguesa grasienta y con patatas de la misma calidad. Debo decir que aunque no es mi dieta diaria me sentó tan bien… Luego pasé la tarde tumbada en el verde y mullido césped que recubre Central Park, mirando el cielo. No había ninguna nube solo azul. La temperatura era perfecta. La banda sonora era el griterío de los niños pequeños que jugaban a mi alrededor. Y yo…feliz!
Querido diario ¿Sabes que hay veces que la luna se ve más grande? O al menos eso dicen. Al parecer se debe a su proximidad con la Tierra y sucede algunas veces. Ese fin de semana estaba pasando y quería ver la Luna bien. ¿Sabes que hice? Subí a lo más alto para poder saludarla. Subí al Empire State. La ciudad se ve tan diferente desde allí arriba… aunque debo decir una cosa, y es que más bonita que la Luna en sí, me parecío la imagen de ella reflejada en el Hudson. La cámara nunca podrá hacerle justicia a cómo lo vieron mis ojos, siempre me pasa igual.
Este fin de semana había que cambiar de tercio y por fin he conocido Brooklyn. Ha sido un paseo bastante chulo el cruzar el puente y verlo todo ante tus ojos, el río, los demás puentes, la vista del Puente de Brooklyn en sí misma desde dentro, a la derecha los rascacielos, al fondo la estatua de la Libertad, a la izquierda Brooklyn y el parque que bordea esa parte de la costa… la verdad es que el día también volvía a acompañar, sol y cielo azul. Un día inolvidable que espero repetir más veces. Además querido diario las flores nunca me faltan en ningún sitio de esta ciudad así que donde hay flores hay alegría ¿Tú que dices?
¿Sabes? No ha parado de llover aún y la lluvia hace ruido en los cristales. Espero que este tiempo no dure mucho más, ya sabes cuanto me gusta el sol.
Bueno pues ya nos veremos, no sé si pronto o si tardaré un poco más de la cuenta, tú por si acaso espérame ahí como siempre ¿vale?
Gracias
Adios
Bueno… hasta la próxima